¡El esplendor de Terminator regresa en Dark Fate!
La serie de Terminator es clave no sólo en la ciencia ficción, sino en la cultura popular. Frases como "Hasta la vista, baby" o "I'll be back" son inmortales. También la efigie de un Arnold Schwarzenegger en modo robot, tanto cazando a Sarah Connor como protegiendo a John Connor. La saga, sin embargo, pareció forzada a entregas como T3 o Genysis que simplemente se sintieron como relleno. ¿Es posible levantar a una franquicia de ello?
Sí, es posible. Dark Fate, la más reciente entrega, pasa por alto lo que sucedió en dichas cintas. Nos entrega acción de alto calibre, nos devuelve a una heroína de antología que pareciera haber estado ahí toda la vida y nos entrega a una nueva que cumple ese rol dignamente. Todo mientras da un atinado comentario social que uno no esperaría encontrar en una película de acción.
El futuro terrible que le esperaba a la humanidad ha cambiado. Sin embargo, no se ha salvado el porvenir. Los esfuerzos de Sarah Connor ( Linda Hamilton) han evitado que la legendaria Skynet cobre consciencia. Sin embargo, una amenaza más peligrosa está aniquilando a la humanidad en el mañana que Sarah protegió. Cambió el verdugo, pero la condena al exterminio sigue vigente.
La Ciudad de México es el hogar de Dani Ramos ( Natalia Reyes). Una humilde trabajadora en una planta automotriz que defiende los empleos de la gente ante la sustitución por máquinas. Ella es el objetivo de un nuevo modelo de Terminator, el Rev-9 ( Gabriel Luna). Uno que parece más inmune al daño que todos lo que hemos visto antes. A su vez, del futuro también ha venido alguien a protegerla. Se trata de Grace ( Mackenzie Davis), quien tiene naturaleza humana pero ha recibido aumentos para poder sobrevivir al ataque de las máquinas destinadas al exterminio de nuestra especie.
Sarah, después de que el contacto con los Terminator cambiara su vida, es ahora alguien dedicada en cuerpo y alma a cazar exterminadores del futuro. Ella se ve a sí misma en el lugar de Dani y, por supuesto, se ha sumado a la lucha para protegerla. Aunque, claro, no están solas. Alguien, quien después de ver los tráilers ya sabes quién es, está allí para unirse al combate.
No esperamos que ninguno de los involucrados reciba un Oscar por su actuación. Pero los fans de la franquicia que han esperado una entrega digna en estos años se irán a casa contentos con la forma en que casi todos ellos realizan sus roles. Linda Hamilton parece nunca haber dejado el rol de Sarah. Es ácida, pasional, letal y sarcástica con una naturalidad que impacta. Dani Ramos, colombiana, no sólo toma el rol de mexicana mejor que muchos connacionales. Ves cómo va transformando su rol de una víctima a algo más de manera muy natural y acorde con lo que sucede en la trama. Patea traseros, punto.
Mackenzie Davis no es una cara bonita. Es una guerrera más a la cual le crees mucho más su papel de protectora que a otros quienes lo han intentado después de la segunda entrega. Es aguerrida y es notoria su preparación para el rol. De Arnold, bueno, el guión justifica de manera importante que veamos a un T-800 envejecido. Recordemos que este papel fue casi hecho para el Governator, así que no nos sorprende que después de tantos años ya le salga hasta natural.
Respecto al resto del elenco y conociendo algunos detalles previos a la producción, te darás cuenta de que alguien vendió humo (sí, Diego Boneta) y la escena que metió en problemas al proyecto era una secuencia más. Eso sí, Gabriel Luna como el Rev-9 es un asesino frío y lo logró perfecto. En verdad el reparto alcanzó los objetivos que se esperaba de ellos y, como hemos dicho, de una manera que si bien no es excelsa si podría brindarle a los fans y no tan fans el hype que esperan.
El guion nos recordó a una aleación (nunca mejor dicho) entre las dos primeras cintas de la serie. Tiene una parte en la que se evita la aniquilación ( Terminator) y otra en la que se pelea por sobrevivir (Terminator 2). Todo mientras ves a una máquina asesina destruyendo todo y a todos a su paso con secuencias que combinan el suspenso con la acción. Vamos, tiene lo mejor de ambas durante las primeras tres cuartas partes. Esto mientras se desenvuelven misterios de un futuro que nunca fue y otros respecto a uno que será si no hacemos algo.
La última cuarta parte del filme se siente como una serie de secuencias de acción forzadas y más grandilocuentes de lo que deberían. Pasamos de Terminator en sus grandes momentos a escenas más cercanas a lo que ofrecen cintas de los Avengers, pero con un presupuesto notoriamente inferior. Más que emocionar, rompen con el ritmo que tenía la película y se siente que la trama se alargó de más para incluirlas.
La cinta tiene una buena parte de su trama en México, pero por motivos de seguridad y presupuesto se filmó en España. Con elenco y extras españoles. Siendo hispanoparlantes y estando acostumbrados al doblaje latino, se nota que a muchos actores ibéricos les doblaron la voz. Pero supieron retratar las partes en territorio nacional que desearon hacer ver. Incluso hicieron la investigación de qué partes resaltar para momentos clave en la historia. Eso sí, no deja de sacar de onda el repentino espanglish en los personajes de origen mexicano.
El filme, por otro lado, alcanza a tocar temas de actualidad con la sensibilidad suficiente para no sentirse forzados. Desde la migración hasta el abuso en las armas, pasando por la privacidad en el mundo digital. Todos los tópicos sociales que se atraviesen en el argumento se cubren de forma que llama la atención y te dejan, de un modo u otro pensando.
No es una cinta perfecta. Pero es justamente lo que los fans estuvieron pidiendo por años. Esto después de soplarse bodrios y una que otra cosa añadida que no terminaba de encajar. Si eres fan de la franquicia, del sci fi o quieres una buena película para devorar palomitas mientras ves cómo todo vuela en pedazos, es aquí donde debes estar. Punto.