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Vimos I Want to Eat Your Pancreas y la verdad sí lloramos

No te equivoques: el título no habla de una película de terror sino de una llena de sentimiento.
Publicado 28 May 2019 – 03:19 PM EDTActualizado 28 May 2019 – 03:19 PM EDT
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I Want to Eat Your Pancreas Crédito: Voln

No es tan popular fuera de Japón como el shonen y el shojo. Pero el género de slice of life, el cual muestra la vida cotidiana, es una de las bases del anime y manga en su país de origen. No sólo porque normaliza el consumo de este entretenimiento sino que, al entregar historias humanas, alcanza a mostrar grandes y emotivos relatos.

Entre esos relatos está el de Sakura. Ella sabe muy bien que, por una enfermedad del páncreas, le queda muy poco tiempo de vida. Sólo sus padres lo saben, porque teme que al contarle a sus amigos a ella la traten diferente. Ella lleva en un diario lo que vive día a día rumbo a la muerte, el cual es hallado por un compañero de escuela.

Es el completo opuesto a ella. Mientras la chica es una alegre muchacha rodeada por muchos amigos, él es un tipo solitario quien no tiene un solo amigo. Pero, a diferencia del resto, la trata como una persona común y corriente. Sin esperarlo, es el inicio de una amistad intensa rumbo al final de una vida. Esto es I Want to Eat Your Pancreas.

No, no te hemos contado spoiler alguno. Es, de hecho, la premisa básica de la cinta. Pero con esto basta para que te des una idea que vas a llorar. No porque sea una película triste, sino que estamos ante un relato que sabe llevarnos de la alegría y las risas a la nostalgia y desencanto absolutos. Es una montaña rusa emocional.

Los personajes están bien construidos y es fácil empatizar con ellos. Cierto, las situaciones son muy japonesas y la circunstancia que ambos están viviendo es muy excepcional y extrema. Pero eso no evita que te reflejes en cómo están descubriendo, juntos, lo que representan tanto la vida y la muerte.

Dos chicos muy diferentes entre sí, que no tienen mucho en común, se encuentran con la sorpresa de que pueden compartir mucho de la vida. A veces pareciera que estas circunstancias no serían posibles para muchachos de su edad o que son forzadas de alguna manera para generar situaciones que causen reacciones en el espectador. Sin embargo, dejando esto de lado, está muy bien llevado.


El filme fluye entre situaciones cómicas y algunas que otras picantes. En medio de ellos, los dos protagonistas descubren lo que sienten acerca de ellos y, por supuesto, de la realidad que deben enfrentar. Esto en medio de prejuicios. ¿Cómo lidiar con ello? El filme lo responde muy bien.

El diseño de personajes está muy bien realizado. Sakura y su confidente muestran claramente las personalidades que los creadores buscan proyectar. No sólo eso, sino evolución emocional conforme pasa el relato. El que se note esta transformación le da un plus a lo que cuenta la película.

Vimos la versión doblada de este filme y, seamos honestos, sin un buen trabajo de voces esta adaptación al anime de la novela creada por Yoru Sumino no tendría alma. En términos generales es muy buena y emotiva, destacando el trabajo de Miguel Ángel Ruiz en el rol protagónico. Erika Ugalde también hace una buena labor como Sakura, aunque esa risa entre tímida e irónica que suelen tener los personajes femeninos del anime a veces no le sale muy bien. Eso, sin embargo, no demerita su trabajo.


La cinta, pese a ser una subida y bajada de emociones y aparentemente darte a entender qué esperar, tiene un final capaz de devastar tus esperanzas. Así de bien cimentado está. Cierto, hay momentos y situaciones forzadas. Hay temas que no tienen más explicación que el obtener una reacción tuya. Pero con buenos personajes y un excelso final (con todo y escena después de los créditos) es un filme muy recomendable.

Konnichiwa Fest estrenará del 31 de mayo al 2 de junio, en diversas salas del país, esta cinta que ganó fama en Japón. Si estás dispuesto a dejar tus emociones fluir, la recomendamos. Vale mucho, mucho la pena.

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