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Goblin Slayer: Cuando el anime genera un estado de shock

La brutal polémica de la temporada
Publicado 15 Oct 2018 – 12:08 PM EDTActualizado 15 Oct 2018 – 12:08 PM EDT
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Goblin Slayer Crédito: White Fox

Uno de los detalles que han transformado al anime en un medio audiovisual con seguidores leales alrededor del mundo es la versatilidad que tiene para contar historias. Algunas veces con resultados que trasgreden la convenciones a lo que estamos acostumbrados a mirar. A veces sólo es necesario un episodio o, incluso, una escena para que las expectativas de la audiencia queden torcidas. Es lo que sucede con Goblin Slayer.

¿Qué debe tener una serie para que Crunchyroll, una plataforma acostumbrada a dar contenidos maduros, deba dar una advertencia de contenido? Es justo lo que ha hecho que se hable de Goblin Slayer en las redes sociales. Justo cuando los recién llegados, quienes no conocían de la obra creada por Kumo Kagyu, esperaban una serie de aventuras, la crudeza de las escenas les dio una bofetada en la cara.

A la usanza de los juegos de rol que tanto éxito han tenido en los últimos años, Goblin Slayer cuenta la historia de un personaje cuyo trabajo, por explicarlo de manera sencilla, es precisamente cazar a este tipo de seres. Suena como a una tarea sencilla, pero no lo es. Son una raza aparentemente débil, pero brutal. Son fieros y, en grupo, son capaces de destrozarte en pedazos sin ninguna piedad. Por tanto, un encuentro con ellos de manera inevitable terminará por convertirse en una carnicería.

He aquí el primer shock: justo cuando te encariñas con un grupo de personajes no sólo los ves morir. Las muertes son brutalmente gráficas y viscerales. Como hemos dicho, se trata de auténticas carnicerías cuyo rol en la trama no es gratuito: te dejan ver todo lo que está en juego cuando enfrentas a un puñado de enemigos que, pese a su fama de debilidad, en realidad son altamente letales.

Sí, basta una escena para comprender los alcances de esta serie en el colectivo. Acabas de ver a los personajes sintiendo auténtico y tremendo terror, mientras que un personaje femenino fue brutalmente ultrajado sexualmente. Más que quejas, que es lo común que podría generar una serie de este tipo, es una manera en la que las expectativas de lo que podemos encontrarnos se han torcido. Por tanto, la reacción más natural para muchos espectadores es justamente el shock.

Lo interesante es que, al final, el gore es omitido en cierta forma. Pero con lo que se deja ver basta para provocar una respuesta visceral. Es natural sentirte incómodo y dejar de mirar. Sin embargo, es de aplaudir (con todo y la polémica que pueda generar el fanservice o la violencia) una mirada un tanto más madura y en cierto nivel realista de la fantasía. Cuando el mundo reclama que todo se ha vuelto políticamente correcto, es una buena manera de refrescar la perspectiva saber que existen productos mediáticos que consideran al espectador como un adulto y le muestran las cosas tal cual son.

Es verdad y no vamos a negarlo: es el tipo de serie que difícilmente tiene cabida en la televisión abierta. Especialmente porque no es fácil de ver por las grandes audiencias. Sin embargo, no se puede hacer como que no existe. Es el fenómeno de la temporada en pleno derecho y, si crees tener el estómago, vale la pena que lo veas.

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