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Sekiro: Shadows Die Twice es una experiencia brutal

A veces no te das cuenta cuando morir se convierte en una adicción
Publicado 25 Mar 2019 – 08:03 PM EDTActualizado 25 Mar 2019 – 08:03 PM EDT
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Sekiro Crédito: Activision

Hay quienes se quejan de que, en la actualidad, los juegos son muy fáciles. Sin embargo, hay una categoría de títulos en los cuales sobrevivir y seguir adelante es, simplemente, una hazaña. Existen reputaciones construidas en torno a estas creaciones, como la del estudio From Sotware. Más que una fórmula, es un estilo. Por ello, no contentos con la saga Souls y Bloodborne, nos traen ahora Sekiro: Shadows Die Twice.

El periodo Sengoku ha sido uno brutal. Una sangrienta guerra civil entre diversos clanes por el control de Japón. De esta etapa histórica nacen varias leyendas de samuráis y, por supuesto, es el contexto donde conocemos al Lobo. Un joven que sobrevivió al campo de batalla y, después de mucho entrenamiento, está llamado a servir a su señor combatiendo más que fuerzas enemigas, sino entidades fuera de este mundo.

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¡Jugamos la bestialidad de Sekiro: Shadows Die Twice!

A diferencia de otros juegos del estudio, donde la narrativa se esconde en diversos detalles, Sekiro nos deja ver un relato de honor y espíritus. El Lobo no sólo se descubre a sí mismo, sino los alcances de su poder y de su espada. Obviamente esto te costará sangre. Mucha sangre.

El combate es sencillo. Puedes golpear con tu espada a tus enemigos, pero lo importante no siempre es terminar con su barra de salud. Basta que rompas su postura, o guardia, para asestar golpes letales de inmediato. Esto lo puedes lograr incluso desviando los ataques enemigos.

Lo anterior suena muy fácil. Pero no lo es. Para nada. El combate te obliga a ser muy preciso, bastante preciso. De lo contrario, puedes terminar a merced de los ataques rivales que, a diferencia de otros títulos, aquí te hacen pagar tus errores. El precio es caro. Estamos hablando, además, de los rivales comunes. Ni siquiera de los jefes.


Hay jefes que necesitan que rompas su guardia o, de lo contrario, no podrás lograr hacerle ni cosquilla. Súmale, además, que necesitas muchísima exactitud en tus moimientos de defensa o evasión, poniendo atención a los patrones de tus rivales. Si eso no te parece suficiente reto, existen obstáculos a lo largo de los niveles que debes sortear con mucha tenacidad o, simplemente, te quedarás atorado en estas experiencias. Con todo y el brazo prostético que te dará ventajas a lo largo del juego... pero no demasiadas.

A veces la cámara no ayuda mucho cuando estás en pleno combate o incluso necesitas evadir obstáculos. Es quizá la queja más recurrente que encontrarás en torno al juego. También la inteligencia artificial suele tener sus fallos, aunque no es seguido y sólo es en los enemigos regulares. Seamos honestos: para más de uno esto es un respiro.

Cierto, el diseño de niveles no es tan exquisito como el de otras obras de From Software. Pero cumple con una función más narrativa, además de que por momentos es necesario aprovecharlo para seguir en pie. Sumemos además que el título cuenta con varios finales, lo que te llamará al desafío una y otra vez.


Si te gustan los buenos juegos, aquí tienes uno. El cual, además, es un reto que se vuelve adictivo. Uno brutal que, si tienes paciencia, te mostrará de qué eres capaz. Adelante, tómalo, porque no es para cualquiera.

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