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Reseña: GI Joe: Snake Eyes, el origen de Arashikage es más épico de lo que esperabas

GI Joe: Snake Eyes acerca el cine de Hollywood al cine de acción asiático
Publicado 28 Jul 2021 – 08:02 PM EDTActualizado 28 Jul 2021 – 08:02 PM EDT
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GI Joe Snake Eyes nos mostró una nueva etapa de esta franquicia Crédito: Paramount Pictures

GI Joe lleva ya un rato como franquicia en el cine, presentándonos a esta linea de juguetes bajo las diferentes versiones y miradas que han tenido a lo largo de la historia. Sin embargo, GI Joe no se puede contar sin tener a Larry Hama en la conversación y GI Joe: Snake Eyes es consciente de ello.

Snake Eyes, uno de los Joe más icónicos y representativos, tanto en los cómics como en la línea de juguetes, es una mezcla entre las referencias del manga, el cómic y el militarismo con el que GI Joe resalta el patriotismo más arraigado de Estados Unidos.


Así que hacer una película que utilice eso para asentar tanto el origen del Arashikage como su relación GI Joe para defender al mundo de las amenazas terroristas que quieren robar nuestro estilo de vida, necesita también darnos la dimensión que tiene, como una organización internacional que vela por el bien de todos, ya sea en Japón o en Nueva York.

Evidentemente, el escenario para una película de este tipo tiene que estar en Japón y no en ningún otro lado, tanto por respeto a los cómics escritos por Larry Hama, como por el origen explícito del Arashikage.

Un origen misterioso y épico

La nueva versión del origen de Snake Eyes también moderniza la franquicia de GI Joe para adaptarla tanto al cine actual, como a su contexto. Ahora mismo, entender la guerra de Vietnam como una tragedia es mucho más difícil que asumirla como una victoria contra el monstruo estadounidense.

Por ello, ahora esta historia de origen nos trae al terrorismo de Cobra como el enemigo en común que acecha y corrompe a Snake Eyes, representado perfectamente con la increíble actuación de Úrsula Corberó (La Casa de Papel, Física o Química), que aunque tiene poco tiempo en pantalla, confirma que la comunidad hispana tiene todo para dar el salto gracias a los contenidos regionales que se hacen en streaming en cada país.


Snake Eyes (Henry Golding), por su parte, se va construyendo poco a poco en las manos de la familia Arashikage, el clan más poderoso de Japón, y guardianes del poder más importante de la nación, encargados de protegerlo.

Este poder es exactamente el que guía a Snake Eyes a la realización no solo de su identidad, gracias a los GI Joe, también de su propia determinación de vivir más allá de sí mismo, entendiendo tanto su origen como el rostro del mal en el mundo.

El regreso del cine de acción asiático a Hollywood

El resultado de esta búsqueda fue un trío de protagonistas asiáticos que representan con gran fidelidad y gran éxito a Snake Eyes (Henry Golding), Shadow Storm (Andrew Koji) y a Akiko (Haruka Abe), que en todo momento entregan actuaciones bien incorporadas y sobre todo con mucha y muy buena química.

Asimismo, el director de esta película, Robert Schwentke (The Captain, Red), a pesar de su novatez en blockbusters, al igual que su cast, decidió irse por un camino que es ahora parte de un nicho, cada vez que el cine de superhéroes se abre paso sobre el CGI portentoso y las coreografías de pelea salidas de la lucha libre y la gimnasia.


Una película de orígenes sobre una organización secreta de ninjas, guardianes silenciosos de Japón desde el periodo Edo, no podía estar retratada de otra manera que no sea a través de la también larga tradición del cine de acción asiático, que va desde el anime de Yoshiaki Kawajiri y Shinichiro Watanabe, hasta el cine más crudo y contestatario de Seijun Suzuki o Lo Wei.

Las referencias a estos medios y estas películas son claras y están ahí todo el tiempo, recordándonos cómo Larry Hama hizo de GI Joe más que sencillamente una línea de videojuegos, llevándola lejos en su serie de cómics en Marvel, cuestionando desde los orígenes del terrorismo, hasta la paradoja de las instituciones bélicas.

En la película tenemos secuencias de acción y coreografías bellamente construidas, sobre todo aquellas que están interpretadas por Andrew Koji, un actor que se ha centrado mucho en papeles de acción, y que ahora vuelve a lucir como Storm Shadow, el prodigio corrupto del Arashikage.


Mucho ruido y unas cuantas nueces

Sería injusto no reconocer lo que consiguió esta película con casi puros actores debutantes en Hollywood. Son rostros frescos y que muestran mucha calidad en su trabajo y un profesionalismo casi religioso con todo lo que el director intentó lograr.

Sin embargo, es cierto que la GI Joe: Snake Eyes sufre mucho con su ritmo, que se siente lento y pesado por las grandes explicaciones que busca dar su guion, que aunque responden a la propia construcción de esta franquicia, no son precisamente lo que tienen acostumbrado las audiencias modernas.


Por otro lado, el estilo de peleas, así como la forma de grabación y el poco uso de efectos tan exagerados, son de los principales obstáculos que enfrentará esta película para todas las personas que no estén familiarizadas con el cine de acción asiático o con algún tipo de medio de entretenimiento cultural de aquél continente.

GI Joe: Snake Eyes cumple y logra darnos dos horas de emoción y peleas de artes marciales bien estructuradas, con personajes que poco a poco se ganan al espectador y con un cast que refresca muchísimo la pantalla y que puede traernos un nuevo estilo de acción si se le da continuidad.

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