Era 1938 y el mundo estaba asomándose a tiempos oscuros, aunque no lo sabía todavía. Sin embargo, ya había nacido un ser ideal para protegerlo. Más rápido que una bala, más poderoso que una locomotora. Joe Shuster y Jerry Siegel, dos chicos de Cleveland, dieron vida hace 80 años a Kal El, a quien en la Tierra conoceríamos como Clark Kent. El hombre de Acero. Superman.
¡Felices 80 años, Superman!
El mundo que tantas veces salvó festeja al súper hombre

En momentos en los que el mundo duda y parece llenarse de odio, vale la pena recordar el legado de de un mito moderno. Superman, un inmigrante de otro planeta, llegó a nuestro mundo en abril de 1938 con el primer número de Action Comics (tomo que vale oro en nuestros días). Bastó poco tiempo para que se convirtiera no sólo en un modelo de los ideales norteamericanos (especialmente en tiempos de guerra), sino en un símbolo de justicia en el mundo entero.
Las habilidades del Hombre de Acero se han transformado a lo largo de las décadas. Cuando fue creado, por ejemplo, no podía volar. Más bien podía saltar tan alto como para pasar por encima de un edificio. Otro ejemplo es que al principio el kriptoniano sólo corría unos cuantos cientos de kilómetros por hora, ahora puede volar al Sol en segundos. Con los años su fuerza aumenta, pues el poderío de sus enemigos también crecido. Y ni qué decir de su visión de Rayos X o su aliento congelante. Impensables en una primera época.
Durante generaciones lo hemos visto ir y venir. Ya sea sólo o con compañía (no importa si es la Liga de la Justicia o los Súper Amigos). En cómics dejó una huella tremenda, pues casi con sus propias manos hizo que pasaran de las historias de terror a héroes con capas y mallas. El cine ha visto a leyendas como Cristopher Reeve mostrarle al mundo que el mundo tiene un guardián (y que si tu mamá se llama Martha alguien podría perdonarte la vida), mientras que la televisión ha sido su patio de juegos desde las caricaturas clásicas hasta Smallville.
Un héroe tan importante debe transformarse con las épocas. De otra manera, un ser tan perfecto podría tornarse aburrido. Lo hemos visto enfrentarse a sus amigos, convertirse en un dictador (como en Injustice), caer en combate (¿no has leído La Muerte de Superman? ¿qué demonios esperas, camarada?), ser el protagonista de una serie romántica para adolescentes, boxear con Muhammad Ali, defender la causa comunista (Red Son es un clásico del cómic moderno), entre muchas otras cosas.
Clark Kent nos ha regalado ejemplos maravillosos para hacer amistades (aunque suela pelearse rudo con sus compadres muy seguido). Basta mencionar su inolvidable relación con Lois Lane, aunque Batman, Wonder Woman y hasta otros personajes como Jimmy Olsen o Lana Lang son otros de sus amigos memorables.
Alguna vez le preguntaron al hijo más célebre de Kriptón qué significaba su símbolo. No es simplemente una S. Es una representación de la esperanza. Es lo que este héroe ha dado al mundo por generaciones. Felices 80, Kal El.