Mario Molina falleció el 7 de octubre de 2020. El reconocido científico mexicano fue ganador del Premio Nobel de Química de 1995 por su investigación al daño que le estábamos haciendo a la capa de ozono. ¿En qué consistió esta investigación?
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Los gases CFC y su efecto en la capa de ozono
El Dr. Mario Molina, oriundo de la Ciudad de México, tenía un doctorado de la Universidad de California en Berkeley cuando se unió al laboratorio de F. Sherwood Rowland en la Universidad de California en Irvine en 1973 como becario postdoctoral.
“El proyecto que más me intrigó”, escribió el Dr. Molina en un esbozo biográfico cuando recibió el Premio Nobel de Química en 1995, “consistió en averiguar el destino ambiental de ciertos químicos industriales muy inertes —los clorofluorocarbonos (CFC)— que habían sido acumulándose en la atmósfera y que en ese momento se pensaba que no tenían efectos significativos sobre el medio ambiente.”
Los CFC se utilizaban como refrigerantes de refrigeradores y aire acondicionado, pinturas, desodorantes y otros productos en aerosol.
En conjunto con Rowland, Molina descubrió que los CFC presentaban un grave riesgo para la capa de ozono, un segmento delgado de la atmósfera que absorbe los rayos ultravioleta del sol. Sin filtrar, esos rayos pueden causar cáncer de piel y otros problemas de salud en los seres humanos y dañar el medio ambiente de la Tierra.
Según la investigación de los Molina y Rowland, los CFC liberados a la atmósfera flotaban a altitudes cada vez mayores, donde se descomponían y liberaban átomos de cloro, incluso uno de los cuales podría destruir 100 mil moléculas de ozono.
“Nos alarmaba la posibilidad de que la continua liberación de CFC a la atmósfera provocara un agotamiento significativo de la capa de ozono estratosférico de la Tierra”, escribió Mario Molina.
En 1974, Molina y Rowland publicaron sus hallazgos en la revista Nature. Como era esperarse, se encontraron con una feroz resistencia y una rechazo total de los líderes de la industria cuyos lucrativos negocios dependían de los CFC. Incluso los acusaron de ser miembros de la KGB y estar coludidos con la entonces URSS.
Protocolo de Montreal
En 1985, investigadores británicos que seguían las lecturas de ozono en la Antártida anunciaron el descubrimiento de un adelgazamiento significativo, el tan conocido en la capa de ozono sobre el Polo Sur.
Estos hallazgos impulsaron la acción internacional para frenar el uso de CFC. Se creó el Protocolo de Montreal en 1987, que regula las sustancias químicas que agotan la capa de ozono de origen humano es hoy el único tratado ratificado por todos los miembros de las Naciones Unidas.
Premio Nobel de Química de 1985
En 1995, la investigación de Mario Molina sobre el agotamiento del ozono lo convirtió en el primer científico mexicano en ganar el Premio Nobel, que compartió con Rowland y el científico holandés Paul Crutzen.
“La fina capa de ozono ha demostrado ser un talón de Aquiles que puede resultar gravemente herido por cambios aparentemente moderados en la composición de la atmósfera”, dijo la Real Academia Sueca de Ciencias al anunciar el Nobel. “Al explicar los mecanismos químicos que afectan el espesor de la capa de ozono, los tres investigadores han contribuido a nuestra salvación de un problema ambiental global que podría tener consecuencias catastróficas”.