China y Taiwán están viviendo un momento muy tenso, en el que incluso Estados Unidos se ha visto involucrado.
Pero ¿Cuál es el trasfondo de este conflicto internacional?, ¿de verdad podría desencadenar una guerra entre potencias?
A continuación responderemos todas las dudas sobre el origen del conflicto entre China y Taiwán.

(Foto: Pixabay)
El origen de Taiwán
El actual Taiwán fue una zona independiente durante miles de años, habitada por los pueblos Pingpu.
Los Pingpu eran una serie de pueblos aborígenes que vivían en las planicies de la isla ubicada al sureste de China.
Por su cercanía con China, la mayoría de los Pingpu se relacionaron con los chinos de la etnia han.
De hecho, existen registros de cercanía entre China y Taiwán desde el año 232.
Ahora bien, por su ubicación se volvió un objetivo para varias potencias mundiales durante el siglo XVII.
España, Portugal y Japón intentaron tomar control de la isla, pero fue Holanda quien lo logró con mayor éxito, controlando el destino de Taiwán por casi 40 años.
China y Taiwán
Después de la independencia de Taiwán, poco a poco comenzó a tener más presencia de chinos en su territorio.
Hasta que, sin discusión, a partir del siglo XIX quedó completamente en poder de China.
De hecho, actualmente el grueso de la población de Taiwán es de origen chino, principalmente chinos hoklo y chinos hakka.
Eso sí, en 1895, después de la derrota de China durante la primera guerra sino-japonesa, Japón tomó control de la isla.
Curiosamente, durante el dominio japonés de la región se vivieron avances en la infraestructura de Taiwán, e incluso tuvo cierta autonomía.
Japón abandonó -obligada por los aliados- Taiwán después de la Segunda Guerra Mundial, y el territorio regresó al dominio Chino.
La separación
China vivió momentos tensos a mediados del siglo XX, tantos que terminaron con una revolución comunista liderada por Mao Zedong.
Con el apoyo de Estados Unidos, el gobierno nacionalista Chino derrocado huyó a Taiwán, donde tomaron el control de la isla.
Chiang Kai-shek, el presidente Chino derrocado, se asumió como líder legítimo de la República de China en el exilio y ese fue el nombre oficial de Taiwán.
Su plan era buscar apoyo internacional para retomar el control de China, mientras tanto instauró una dictadura que gobernó Taiwán durante décadas.
Kai-shek logró un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU -que perdió en 1971- y fue reconocida por muchos países occidentales.
Eso sí, Kai-shek nunca pudo llevar a cabo su plan de regresar a China continental, pero fue el responsable, en buena medida, del conflicto actual.
A partir de entonces se ha vivido una tensa relación política entre la China continental y Taiwán.
China asumió que Taiwán es una provincia en rebeldía, mientras que Taiwán se asumía como la “auténtica China”.
Eso sí, a partir de los años 80 se comenzaron a tender puentes y se tiraron la mayoría de las restricciones comerciales y de visita.
El conflicto actual entre China y Taiwán
China sigue asumiendo que Taiwán debe formar parte de China, y que todo el periodo de vida independiente que ha tenido es ilegítimo.
Por su parte, Taiwán tuvo un gobierno democrático por primera vez en el año 2000, que dejó atrás la retórica sobre “auténtica China” y asumió a Taiwán como una nación independiente.
Esta distinción abrió un nuevo capítulo en la tensa relación entre China y Taiwán.
Buscando evitar una formalización de la independencia de Taiwán, China aprobó la “ley antisecesión” en 2005, que vuelve legal atacar a Taiwán si intenta independizarse oficialmente.
Por esto, Taiwán buscó acercarse a Estados Unidos para protegerse de un eventual ataque Chino.
Tsai Ing-wen, actual presidenta de Taiwán, se acercó a Donald Trump y a Joe Biden logrando varias muestras de apoyo.
El gobierno de Taiwán argumenta que deben ser reconocidos como un Estado soberano, y no como una provincia en rebeldía.
Aunque no se ha dado ese paso, Trump aprobó una ley que permite a funcionarios estadounidenses viajar a Taiwán.
Incluso mandó a su secretario de Servicios de Salud y Humanos, Alex Azar, a Taiwán.
Pero, aunque esto fue visto con disgusto por China, no se compara con la reacción que recibió el anuncio de la visita a la isla por parte de Nancy Pelosi.
¿Por qué la visita de Pelosi a Taiwán es tan tensa?
Nancy Pelosi actualmente es la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, y es una política de primera línea.
De hecho, para muchos es la tercera política más popular del Partido Demócrata, solo por debajo de Biden y Kamala Harris, y una probable candidata a la presidencia.
Justo por su alto perfil e importancia institucional, su visita a Taiwán está siendo catalogada como un “insulto” para China.
Desde 1979 Estados Unidos reconoció a la República Popular de China como la “única China”, y rompió formalmente toda relación con Taiwán.
Incluso eliminó su embajada en Taiwán, abriendo el Instituto Estadounidense en Taiwán, que era una embajada de facto, pero no formalmente.
La visita de Pelosi es tomada como un apoyo directo de Estados Unidos a la independencia de Taiwán.
El tema no es menor para China, que sigue argumentando que Taiwán no puede independizarse formalmente.
Incluso China señala que, con esta visita, Estados Unidos está rompiendo tácitamente con el compromiso de no realizar contactos oficiales con Taiwán.
Por si fuera poco, dentro de muy poco tiempo se llevará a cabo el XX Congreso Nacional del Partido Comunista, donde Xi Jinping busca el apoyo para un mandato más.
Tal vez por eso, la reacción China fue anunciar que mostrará su músculo militar:
“El Ejército Popular de Liberación de China está en alerta máxima y lanzará una serie de acciones militares selectivas para contrarrestar esto, defender la soberanía nacional y la integridad territorial y frustrar la interferencia externa y los intentos separatistas de ‘independencia de Taiwán’”, dijo el portavoz del ministerio de Defensa, Wu Qian, en un comunicado.
Como sea, el momento entre Taiwán, China y Estados Unidos es tenso, pero lo más probable es que no escale a un conflicto mayor.